Un equipo del CET trabaja en Rossignol, en Artés, gracias a un enclavamiento laboral

Es una fórmula que pretende abrir la puerta a personas con discapacidad intelectual en el mundo de la empresa ordinaria Un equipo de seis personas del Centro Especial de Trabajo está ubicado en la empresa Rossignol, en Artés, mediante un enclavamiento laboral. Se trata de una fórmula que pretende abrir la puerta a personas con discapacidad intelectual en el mundo de la empresa ordinaria. El enclavamiento laboral es un contrato entre una empresa y un Centro Especial de Trabajo, en el que un grupo de trabajadores con discapacidad se desplaza temporalmente a las instalaciones de la empresa colaboradora para realizar unas tareas concretas, sin afectar al funcionamiento de la empresa. La duración mínima de un enclavamiento es de 3 meses y la máxima de 3 años, prorrogable hasta seis. Los trabajadores del enclavamiento mantienen, a todos los efectos, su relación laboral con el centro especial de trabajo así como el seguimiento y apoyos necesarios. El objetivo es que las personas con discapacidad puedan acceder al mundo laboral ordinario, garantizando la igualdad de oportunidades y como vía de acceso al mundo laboral de manera estable. Para la empresa, supone también el cumplimiento de la LISMI, la ley de integración social de las personas con discapacidad, y que por razones técnicas, económicas u organizativas no puedan tener en plantilla trabajadores con discapacidad o bien no encuentran trabajadores para cubrir las plazas. El trabajo es un elemento básico de integración que todas las personas necesitamos y las personas con discapacidad afrontan con más dificultades las situaciones de inestabilidad, por lo que es muy importante para su bienestar personal entornos estables. El valor integrador que aporta el trabajo, hace que las personas se sientan parte de un equipo, que aportamos y somos importantes. Los aporta experiencia y nuevos aprendizajes, tener relaciones con nuevos compañeros de trabajo. Las personas se sienten valoradas y aumenta su autoestima y desarrollo personal y profesional. Para las personas con discapacidad tener trabajo significa desarrollarse como personas, tanto a nivel social como laboral, se sienten útiles e integrados y aumenta su autoestima, poder acompañarlos en este proceso y formar parte es lo que realmente hace mantener la ilusión cada día por el trabajo que haces. Generalmente recibes más de lo que llegas a dar, la relación que se establece es de confianza ya la vez de respeto, siempre con la implicación directa de la persona con discapacidad y cediendo espacios donde pueda expresarse cuando lo necesite.