Más de 50 años comprometidos con las personas con disCapacidad intelectual
Las personas con discapacidad intelectual tienen derecho a un sistema de educación inclusivo, así como a la formación a lo largo de la vida, porque puedan desarrollar con plenitud su potencial humano (talento, creatividad, aptitudes...), tengan una vida digna y participen de manera efectiva a la sociedad.
Las personas con discapacidad tienen derecho al trabajo, si lo desean y están en condiciones de ejercerlo. Profesionales especializados los apoyan en la formación, investigación de trabajo y proceso de inserción, un acompañamiento a la persona, pero también a la empresa y al entorno laboral. La prioridad es que las personas trabajen a la empresa ordinaria, en un entorno normalizado, pero cuando no es posible también lo pueden hacer en Centros Especiales de Trabajo (CET).
Las personas que no pueden acceder a la vía laboral se orientan hacia servicios de atención diurna como por ejemplo Centro Ocupacional o Centro de día, y en el caso de personas con enfermedad mental al Servicio Prelaboral, desde donde recibirán acompañamiento y apoyos para reforzar sus facultades y capacidades, en actividades y programas que fomentarán su inclusión social y comunitaria.
El hogar es el espacio más íntimo de las personas, donde nos podemos expresar tal como somos. Las personas con discapacidad intelectual tienen derecho a vivir de forma independiente, con los apoyos puntuales que los sean necesarios. También pueden compartir hogar con otras personas con discapacitado, o pueden vivir en residencias, dependiendo del grado de apoyo que requieren en la vida diaria.
Además de los centros y servicios de atención a las personas, AMPANS dispone de programas y recursos dirigidos a las familias de las personas con discapacitado intelectual para facilitar la conciliación laboral, el intercambio de experiencias, el apoyo especializado, y contribuir a la mejora de la calidad de vida familiar y social.
AMPANS promovió en 1994 la creación de la Fundació Privada Tutelar Santa Maria de Comabella, que trabaja para tener cura y proteger personas con discapacidad intelectual, enfermedad mental o personas que presentan deficiencias permanentes con deterioro cognitivo, las cuales, judicialmente o por voluntad de la familia, la Fundación es la encargada.