"Lo que enseñas a las personas es a que se ayuden a sí mismas"
Manuel Sanchez, educador social de Amalgama7
¿Con qué perfil de jóvenes trabajas?
Trabajo con jóvenes y adolescentes en situación de riesgo y con jóvenes con trastornos conductuales.
¿Cómo decidiste entrar en ese sector? ¿Por qué te gusta tu trabajo?
Llevo toda la vida trabajando en el sector porque me gusta ayudar a la gente, ayudar a los chavales. Aunque yo creo que el concepto de ayuda ha ido cambiando con el paso el tiempo: no se puede ayudar a nadie que no quiera dejarse ayudar.
Lo que me gusta de mi trabajo es que lo que enseñas a las personas es a que se ayuden a sí mismas, es decir, proporcionas herramientas a los demás para que cuando llegue el momento, la persona pueda rescatarlas y utilizarlas las para salir adelante.
«Lo que enseñas a las personas es a que se ayuden a sí mismas»
¿Cuánto tiempo hace que ejerces? ¿Qué has aprendido en ese tiempo?
Como educador llevo ejerciendo entre 25 y 30 años. En ese tiempo he aprendido sobre todo a no poner etiquetas a las personas, ni juzgarlas ni categorizarlas. Cuando te enfrentas a una persona, lo primero que debes hacer es olvidarte del por qué está ahí, es decir, no poner de entrada la etiqueta que estás ante un trastorno conductual, sino que tienes ante una persona, sea quien sea. Lo segundo es que estás estableciendo una relación en la que la otra persona también tiene algo que decir. No sólo trabajas tú para él o ella: quien tienes delante también tiene mucho que aportar. Todo el mundo tiene algo que rescatar en su interior y por eso hay que darle la oportunidad de demostrarlo: esto es lo más valioso de mi trabajo.
«Lo primero que debes hacer es olvidarte del por qué está, es decir, no poner de entrada la etiqueta que estás ante un trastorno conductual, sino que tienes ante una persona, sea quien sea»
¿Cuáles pueden ser las expectativas de un joven que acude a Inmens?
La experiencia nos dice que realmente quienes van a Inmens son los padres, que están preocupados por sus hijos. Habitualmente, las personas con trastornos conductuales no tienen mucha conciencia que están viviendo un trastorno. Por tanto, las expectativas del joven pueden ser que aquí encontrará un lugar donde podrá reconducir su situación y recuperarse.
¿Qué consideras que es un caso de éxito?
En realidad, el éxito depende de lo que tú creas que es. Si existiera una definición estricta del éxito, habría muy pocos casos. Cada uno debe ponerse sus propias expectativas y, por tanto, es necesario dar espacio a la persona que tiene delante.
Si se ponen muchas expectativas de éxito en la persona, terminarás viendo el fracaso. Por tanto, primero hay que liberarla de estas expectativas y que él o ella sea quien se establezca su propia definición de éxito con sus propios elementos. Seguramente, una de las cosas más incapacitantes que haya sea tener unas expectativas de éxito exageradas.
«Seguramente, una de las cosas más incapacitantes que haya sea tener unas expectativas de éxito exageradas»
¿Qué le dirías a aquellas personas que están viviendo situaciones conflictivas a causa de un trastorno de conducta?
Las familias que conviven con hijos con trastornos de conducta deben saber que estos jóvenes no entran en la normalidad de la adolescencia. Hay que justificar ciertas situaciones hasta un punto, ya partir de ahí recurrir a un profesional, alguien que sepa de ello.
A los chicos les diría que es importante que salgan de sí mismos, del círculo vicioso en el que viven, que fueran capaces de ver lo que está provocando su conducta a su alrededor y que sean capaces de pedir ayuda. Sin embargo, cuando eres tú el que tienes el trastorno de conducta es muy complicado verlo, por lo que hay que tener paciencia.