Apoyo Inclusivo para escuelas y centros educativos
Abordar positivamente los trastornos del comportamiento que a menudo presentan niños, adolescentes y jóvenes en las escuelas, es una alternativa para acabar definitivamente con la exclusión en las aulas de los alumnos con trastornos de conducta y la aplicación drástica de sanciones.
Desde un enfoque de valores y derechos de las personas, la aplicación del modelo de Apoyo Conductual Positivo (ACP) tiene por objetivo el bienestar del alumno y la mejora de las relaciones con su entorno, a partir del reforzamiento positivo de las capacidades y el aprendizaje de nuevas habilidades.
El servicio de Apoyo Conductual Positivo que ofrecemos a escuelas y centros educativos, formado por un equipo de psicólogos y psicopedagogos con una larga experiencia en el modelo, ofrece formación personalizada y acompañamiento a los profesionales de la educación para abordar las conductas problemáticas dentro del aula y mejorar el bienestar del alumno y de su entorno.
Identificamos como un trastorno de conducta o una conducta problemática aquellas conductas que por su intensidad, duración y frecuencia afectan al desarrollo personal del alumno, así como a sus relaciones personales y su capacidad de participación en el entorno, aula y escuela, pero también el resto de entornos comunitarios y sociales.
Las situaciones de conducta problemática exigen un sobreesfuerzo del sistema de apoyos para atender de forma adecuada las necesidades del alumno dentro del aula. Habitualmente se realizará un abordaje integral, que requiere una respuesta individualizada y adaptativa, ajustando y adaptando el entorno. Las conductas problemáticas se pueden modificar, cambiar y reeducar, dejando de ser problemáticas para ser conductas alternativas.
El Apoyo Conductual Positivo (ACP) es una estrategia para mejorar las intervenciones comprensivas para las personas con problemas de conducta graves y discapacidad en el desarrollo. Actualmente, la aplicación de este modelo de apoyo se ha demostrado como una gran herramienta frente a una variedad de situaciones que se producen tanto en la escuela, como en casa y en la comunidad, para personas en edad infantil, adolescentes, jóvenes y adultos, con y sin discapacidad, y frente a una amplia serie de conductas problemáticas que se originan tanto en ámbitos académicos como sociales.
El modelo ha ampliado su enfoque desde una perspectiva de casos individuales para una implementación a nivel de sistemas de grupo, especialmente pensado para escuelas, pero de aplicación también residencias y centros de día. De este modo, este modelo de apoyo se define como un amplio conjunto de estrategias sistémicas e individuales para conseguir resultados sociales y de aprendizaje significativas para todos los alumnos y también personas usuarias de centros de día y residenciales.