Ante las dudas que el sector de la discapacidad ha detectado en un porcentaje aún elevado de profesionales de los servicios residenciales, Dincat ha comenzado una campaña que lleva por lema #JoEmVacuno (#YoMeVacuno), y hace un llamamiento a los profesionales para pedirles que no lo duden y se vacunen para luchar en contra de la Covid-19. Las residencias y hogares que atienden a personas con discapacidad, consideradas por la OMS colectivo de riesgo frente la Covid, teniendo en cuenta que en muchos casos tienen asociados factores de riesgo, iniciaron con éxito su proceso de vacunación a principios de este mes de enero. En este contexto, Dincat manifiesta que la vacuna es científicamente segura y efectiva y pide el compromiso ético y profesional de los trabajadores que atienden a personas vulnerables, para acabar con el virus y recuperar la normalidad de forma segura. Con este objetivo, Dincat se suma a la campaña #JoEmVacuno y la complementa con su propia #DincatEsVacuna, bajo la que englobará una serie de acciones de sensibilización y concienciación en torno a la importancia de vacunarse. La campaña de vacunación en AMPANS, iniciada el pasado 9 de enero, ha permitido hasta ahora la administración de la primera dosis de la vacuna a 171 profesionales de los servicios residenciales y de hogares, lo que supone el 54 por ciento del total de profesionales del área residencial. «Las vacunas han evitado miles de muertos a lo largo de los años y, ahora, está en nuestras manos evitar muchas más. Es una cuestión muy seria y es necesario que todos seamos responsables», apunta Carles Campuzano, director de Dincat. Pese a que hasta ahora sólo se ha vacunado en residencias, el sector hace extensiva esta llamada a todos los profesionales del sector, como a los de las escuelas de educación especial, los de centros de atención diurna, los de apoyo a la autonomía en el propio hogar o a los de los centros de atención precoz, para que, llegada la hora, se vacunen sin dudarlo. Por otra parte, Dincat pide a la administración pública acelerar el proceso de vacunación, no sólo en los espacios residenciales, sino también entre todas las personas con discapacidad intelectual, especialmente niños, que en muchos casos tienen asociadas otras patologías que los hacen más vulnerables a la hora de contraer la Covid-19, familiares que los cuidan y profesionales que los acompañan.