Conseguimos 70 nuevas inserciones laborales de personas con discapacidad y en situación de vulnerabilidad del año pasado, lejos de las 180 que consiguió en 2019, antes de la Covidien

Sin embargo, el servicio de inserción laboral hace hincapié en que se está empezando a notar una cierta mejora en la recuperación laboral y, en lo que va de año, ya llevan 40 nuevas inserciones Desde el sector se alerta que sólo 1 de cada 5 personas con discapacidad intelectual activas, tiene trabajo Hemos hecho balance de los resultados en inserción laboral durante el año pasado, el año en que todo se detuvo por el Covid. Des de este servicio atendimos a más de 844 personas en edad activa con discapacidad, enfermedad mental y en situación de riesgo, ofreciéndoles acompañamiento, orientación laboral y formación, mediante diversos programas y servicios. Pero el año pasado no fue un año normal. El Covid provocó el cierre temporal de empresas y una avalancha de ERTE en las empresas de la comarca, en la que tampoco pudo escapar la propia entidad. La pandemia obligó a los servicios de Inserción de AMPANS a reinventarse y buscar alternativas ya que las prácticas laborales, las visitas a las empresas y las oportunidades de contratación laborales quedaron frenadas. Se tuvo que cambiar la metodología de comunicación y relación con los participantes para poder seguir con las acciones de orientación, formación y acompañamiento a la inserción de forma telemática. Un obstáculo importante a superar en el colectivo de personas atendidas fue la brecha digital, ya que la mayoría de participantes no disponían de los dispositivos tecnológicos necesarios. Asimismo, la falta de dominio en habilidades tecnológicas también supuso un gran reto. Los profesionales del servicio acompañaron y construyeron progresivamente una nueva manera de guiar en el aprendizaje de los participantes, seleccionando las plataformas más sencillas e intuitivas y dando pautas para su uso. Todas las acciones presenciales con las personas participantes continuaron a través de medios telemáticos y Espacios Virtuales de Aprendizaje (EVA) tales como teléfono, mail y aplicaciones como Whatsapp o Zoom, facilitando la elección del medio telemático en función de sus necesidades y posibilidades. También se ofrecieron espacios donde poder expresar y transmitir cómo se sentían emocionalmente, y fortalecer la escucha activa, la empatía y la aceptación y superación de la situación sanitaria y de confinamiento vividas. El Servicio de Inserción y Formación atendió 844 personas, de las cuales 377 con discapacidad y 467 en situación de riesgo social, a través de diferentes programas de orientación, formación y acompañamiento a la inserción financiados por el SOC, el Departamento de Trabajo Asuntos sociales y Familias, de la Generalidad de Cataluña, y por entidades privadas como la Fundación Bancaria la Caja o la Fundación ONCE. Se alcanzaron 70 inserciones laborales de las que un 62% fueron personas con discapacidad. Un 75% de los contratos fueron en empresa ordinaria, frente el 25% insertados en un entorno protegido como el Centro Especial de Empleo o la Empresa de Inserción. A pesar de la dificultad que atraviesan las empresas se pudieron realizar 43 contratos de prácticas. En este sentido, la entidad ha puesto en relieve el agradecimiento a la confianza y al compromiso de las 50 empresas y entidades que han dado oportunidad a las personas más vulnerables, ya que menos los sectores esenciales que han sido generadores de puestos de trabajo, la gran mayoría han tenido que reducir plantillas ya sea con despidos o ERTE. A través de la metodología de Empleo con Apoyo, TAS (Treball amb Suport), se ha hecho seguimiento y acompañamiento a 34 personas con discapacidad que trabajan en la empresa ordinaria. En el ámbito de la formación, 207 personas realizaron formación profesionalizadora y ocupacional para la inserción laboral. Prácticamente toda la formación se realizó en línea y mediante espacios virtuales de aprendizaje. 109 personas cursaron un Certificado de Profesionalidad. 51 personas participaron de los cursos del Punto Formativo de Incorpora, 33 personas realizaron formación a medida y 14 personas con discapacidad, Formación Dual a través de contratos de formación y aprendizaje. Mediante el Programa Incorpora de la Caixa, a lo largo del 2020 se atendió a 160 personas, de las que 74 personas con discapacidad. Se realizaron 47 inserciones y se gestionaron 51 ofertas. Destacar que en relación a las ofertas gestionadas se alcanzó un ratio de inserción del 92%, lo que pone de manifiesto el éxito en el proceso de intermediación. La entidad hace frente a este año con el reto de acompañar a las personas en situación de desempleo junto con la necesidad de formación y recualificación de las personas trabajadoras en situación de ERTE. El sector alerta de la situación de las personas trabajadoras con discapacidad intelectual. Según datos del INE, en el año 2019, la tasa de actividad de las personas con discapacidad intelectual se situaba en el 30 por ciento, disminuyendo hasta un 12 por ciento en personas con un grado reconocido superior al 75 por ciento, mientras que la de las personas sin discapacidad era del 77 por ciento. En cuanto a la tasa de ocupación, la de las personas con discapacidad intelectual sólo llegaba al 20 por ciento, mientras que la de las personas sin discapacidad se situaba en un 67 por ciento. Esto representa que tan sólo una de cada cinco personas en activo con discapacidad intelectual está trabajando.